Razones de peso
No suelo dejarme llevar por las emociones, salvo en los
contados casos en las que éstas son más razonables que el comedimiento. Sin
embargo hoy estoy cabreado, ¿Cómo de putrefacta tiene que ser una sociedad para
permitir que sus niñas enfermen con la pretensión de mejorar su aspecto? Niñas
que están en el principio de su existencia, con todo por delante y por hacer, y
que consideran que su vida no tiene sentido si no llegan a pesar menos de
¿cuánto? ¿De sesenta, de cincuenta, de cuarenta kilos? ¿Menos de lo que pesan
sus propios huesos? ¿Menos aún que su propio aliento?
Pero no os equivoquéis, si aquí hay alguien que hace algo
malo no son esas crías que se niegan a comer y lo vomitan todo para intentar
convertirse en plumas, quien está enferma, quien tiene un problema, quien
necesita que la traten y la arreglen es la cultura que ha acabado poniendo el cuerpo de
la mujer al servicio de la moda en lugar de lo contrario. Y esto último es
fundamental, porque si bien es cierto que toda la cultura en general tiene
parte de culpa en este asunto[1],
es la industria de la moda en particular la mayor responsable del problema:
chicas atormentadas porque no caben en una talla menor de la ¿¿?? (no pienso
alimentar este ansia con el artículo así que no pongo número alguno
voluntariamente); o peor aún porque no encuentran su talla, porque las tallas
normales son las primeras en acabarse siempre en las principales tiendas de
ropa femenina juvenil, porque algún desgraciado ha decidido que producirá el
95% de vestidos de una talla que sólo pueden vestir el 5% de las mujeres.
Emilia Clarke, la mujer más sexy del mundo según votación masiva, nada que ver con las modelos de las pasarelas. |
La industria de la moda está empeñada en no rectificar y
para ello le conviene que la responsabilidad se diluya a partes iguales en toda
la sociedad. De este modo, la culpa pasa a ser de todos y siendo de todos, se
convierte en de nadie, de modo que nadie hace nada y ellos pueden seguir
haciendo la suya mientras siguen siendo las mujeres, sobre todo las más
jóvenes, las que se convierten en víctimas.
Si dejamos la moda a un lado y vamos al mundo
"real"[2],
de las actrices y cantantes, nos encontramos con una lista[3]
como ésta, donde,
según votación de todo aquel público al que le gustan las mujeres, es decir
hombres heterosexuales y mujeres bisexuales, se encuentran las mujeres más
atractivas de los últimos años. Si no queréis ir al enlace, os la resumo
rápidamente, son las siguientes:
Año
|
Persona
|
Edad al ganar
|
2004
|
Angelina Jolie
|
29
|
2005
|
Jessica Biel
|
23
|
2006
|
Scarlett Johansson
|
21
|
2007
|
Charlize Theron
|
32
|
2008
|
Halle Berry
|
42
|
2009
|
Kate Beckinsale
|
36
|
2010
|
Minka Kelly
|
30
|
2011
|
Rihanna
|
23
|
2012
|
Mila Kunis
|
29
|
2013
|
Scarlett Johansson
|
28
|
2014
|
Penelope Cruz
|
40
|
2015
|
Emilia Clarke
|
28
|
¿Y qué tienen en común todas ellas? Curvas, curvas y
más curvas, porque, bendita naturaleza, a diferencia de los hombres, las
mujeres tienen cuerpos redondeados sin ángulos rectos. Y antes de que alguien
diga algo acerca de Angelina Jolie y Katie Beckinsale (que en el anterior
enlace sale en lo peor de su enfermedad), recordar que estas dos actrices
también han sufrido el azote de la anorexia, pero que fueron escogidas como
mujeres más sexys del mundo precisamente cuando no la sufrían, como se puede
ver en las siguientes fotos de las portadas que protagonizaron:
Angelina Jolie, mujer más sexy de 2004 |
Kate Beckinsale, mujer más sexy de 2009 |
Y aun con todo, ambas siguen siendo excesivamente delgadas, de hecho es significativo que la única mujer que ha ganado en dos ocasiones este galardón sea Scarlett Johansson cuya figura es como el negativo bueno de las modelos de las pasarelas:
Parece suficientemente demostrado, pues, que a aquellas
personas a las que les gustan las mujeres les gustan las mujeres curvilíneas y
sin aristas. Entonces, ¿por qué este ensañamiento de las industria de la moda
con ellas? La respuesta es fácil: pues porque la industria de la
moda está dirigida por personas a las que no les gustan las mujeres, es decir,
hombres homosexuales fundamentalmente y algunas mujeres heterosexuales. De
alguna manera, es como si estas personas prefiriesen trabajar con hombres en
sus diseños, pero al no ser la moda masculina un sector que mueva el dinero y
el prestigio de la moda femenina, acabasen trabajando con mujeres, pero
buscando reducir su femineidad al mínimo.
No quiero decir con ello que los grandes diseñadores de la
moda sean unos misóginos empedernidos empeñados en la destrucción de las
mujeres, no, no quiero que se me malinterprete. Lo que estoy diciendo es que
gustándoles los hombres no son los apropiados para decidir cuál debe ser el
ideal estético de belleza femenina porque los resultados, a la vista está, son
terribles. Pedirle a alguien a quien no le gustan las mujeres que decida cuál
es el ideal de belleza femenino viene a ser como pedirle a un dentista que te gradúe
la vista o a un oftalmólogo que te haga un empaste, no implica que ser dentista
u oftalmólogo sea algo malo, al contrario, ambos podrán ser muy buenos médicos
cuando se dediquen a sus especialidades; pero a la hora de hacer algo para lo
que no están preparados ni les interesa, únicamente pueden causar desastres.
De hecho en último término no hay nadie que deba decidir
cuál es el ideal de belleza femenino, o masculino, porque la naturaleza ya se
encargó de ello hace varios millones de año: Una persona es más atractiva
cuanto más saludable es su aspecto. Valores culturales e históricos diversos a
la par que las preferencias individuales de cada uno hacen que se valore más
una cierta tendencia hacia la delgadez o hacia el sobrepeso, pero nunca hasta
perder el aspecto saludable. Los extremos de flacura u obesidad, en cuanto a lo
peligrosos que son para la salud de la persona que los sufre, nunca podrán ser
considerados ideales de belleza.
NOTAS
[1] Algún
día le dedicaré otro artículo a esto, hablando de los otros culpables, desde el
uso indiscriminado de photoshop, hasta el imbécil que insulta o piropea, que a
veces la diferencia no es mucha, sin parar mientes en lo que sus palabras
pueden acabar causando en la persona que las recibe.
[2] Entrecomillo
“real” porque seguimos refiriéndonos al mundo idealizado de las celebrities,
manipulado por el Photoshop, los entrenadores personales, las dietas extremas y
la presión del ojo público. Aun así, mucho más sano y saludable que el
enfermizo mundo de la moda.
[3] Este tipo de listas siempre son un poco tontas, pero en este caso me vienen de perlas para demostrar mi argumento, por cierto que también hay la correspondiente masculina que lleva realizándose desde hace más tiempo, por la revista People, por si alguien siente curiosidad, la puede consultar aquí.
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