Influencias
Entonces viene cuando te preguntan quiénes son
tus autores favoritos, y tú pones cara de lelo y respondes: ¿Todos?
Pues no, todos no porque son muchos, y no es de
buena educación no reconocerle su debido mérito a aquel autor que durante su
lectura te hizo pasar tan buenos momentos. Así que quede claro que lo que sigue es sólo una una
primera lista-aproximación de algunos de mis autores favoritos, no todos, ni
mucho menos, sino los que me vienen ahora mismo a la mente a bote pronto, sin
más orden ni concierto que el cómo se me vayan ocurriendo:
Veamos, entre los extranjeros cabe citar a:
Clifford D. Simak (Ciudad), Jack
London (La llamada de lo salvaje),
James Herriot (Todas las criaturas
grandes y pequeñas), Stephen King (¿es necesario que cite algún libro?
bien, si me presionáis, me quedaría con la saga de La torre oscura), Ray Bradbury (Crónicas
Marcianas), Frank McCourt (Las
cenizas de Ángela), Arthur C. Clarke (2001,
Odisea en el espacio), Isaac Asimov (Fundación),
Daniel Keyes (Flores para Algernon), Don
Winslow (El poder del perro), Neil
Gaiman (Neverwhere), George R.R.
Martin (sí, el de Canción de Hielo y fuego,
pero también el autor de Una canción para
Lya), H.P. Lovecraft (El horror de
Dunwich), Bram Stoker (no creo
que ni siquiera te puedas poner a escribir si no has leído antes Drácula), Philip K. Dick (Sueñan los androides con ovejas
electrónicas, o dicho de otro modo: Blade
Runner), Theodore Sturgeon (Más que humano), John Steinbeck (Al Este del Edén), Peter Straub (Fantasma),
Dan Simmons (Hyperion), Herman Hesse
(Demian), Thomas Mann (Dr. Faustus), J.G. Ballard (Mitos del futuro próximo), Ursula K.
Leguin (La mano izquierda de la oscuridad)
o Stanislaw Lem (Solaris)
Entre los españoles, o hispanohablantes, que
además de temática, me influyen lingüísticamente, me vienen ahora a la mente: J.L.
Borges (por casi todas y cada una de las líneas que escribió, a pesar de no ser
el más agradable de los escritores), Arturo Pérez Reverte (El capitán Alatriste), Juan Miguel Aguilera (Mundos en el abismo), Rodolfo Martínez (Fieramente humano), Julio Cortázar (Historias de cronopios y famas),
Rafael Marín (Lágrimas de luz), Eduardo
Mendoza (La ciudad de los prodigios),
Juan Eslava Galán (En busca del unicornio),
Domingo Santos (Crónicas de la tierra y
del espacio), Eduardo Vaquerizo (Memoria
de tinieblas), José Luís Sampedro (La
sonrisa etrusca), José Carlos Somoza (Las trece damas), Carlos Ruíz Zafón (La
sombra del viento), Horacio Quiroga (Cuentos
de amor, locura y muerte), Fran Agudo y Roberto Cejas (¡espero vuestros
libros, muchachos!)… No cito aquí a los clásicos, desde Cervantes a Bécquer,
cuya influencia, escribiendo en castellano, e incluso sin saberlo, va de
oficio.
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